jueves, 15 de noviembre de 2007

Hoy comienza la aventura (Segunda parte)

[Esta historia es totalmente ininteligible si no se lee antes la primera parte]

- Cuando usted cumplió ocho años, esperé encontrar la continuación de este poema en los avisos clasificados. Pero, esta vez, el aviso estaba en la sección “noticias nacionales”. Desde ese año ya no fue tan fácil rastrear la frase.
Miré la página – amarillenta- del diario del día de mi octavo cumpleaños, en 1982. Al lado de una despintada foto de Galtieri, había un recuadro pequeño en cuyo interior decía, con letras casi imperceptibles: “es la mancha, la escondida” Recordé inmediatamente el juego de la mancha escondida, que viví con furor justo, justo en ese año.
- Y mire esto. En el noveno año de su cumpleaños (1983), ya me fue casi imposible de rastrear. Me hubiera dado por vencido, si no fuese porque, cuando usted cumplió diez años, apareció -al costado de un aviso de inmobiliarias- una frase que rimaba con la que no supe encontrar. A los diez años (1984), la frase fue esta. Mire:

Sentirás una derrota.

¿Ve? Rima con esto que está aquí, debajo del borrón. Dice La bolita, la pelota. ¿Usted acaso no jugaba a la bolita? ¿Y su madre no empezó a estar mal a partir de los diez años? ¿Y sus padres no se separaron a los once? Mire esto.

Debajo del título de una edición del 31 de enero de 1985, apareció la incongruente frase “Un vacío solitario”.

Tomé un sorbo grande de vino, sin creer demasiado en la interpretación del hombre. Zingla parecía enardecido. Me mostraba las frases que –según él- había ido encontrando en lugares recónditos de las sucesivas ediciones del diario local, los días de mi cumpleaños. Su habilidad para armar un poema congruente me asombraba. Cuando llegamos a la edición del 31 de enero de 2007, Zingla encontró la última frase, escrita –nunca entenderé por qué- de costado, pequeña, dentro de un gran aviso de remates automotrices. El poema de mi vida, hasta el día de hoy, según la sutilísima búsqueda de ese hombre, es el siguiente:

0 Hoy comienza la aventura
1 De una vida por delante
2 De aquel noble y tierno infante
3 Cuyo alma caminante
4 Nuevas palabras augura.
5 Una oscura berenjena
6 Tierno monstruo en la penumbra
7 Es la mancha,la escondida,
8 La bolita, la pelota
9 Sentirás una derrota
10 Un vacío solitario
11 En los juegos luminosos
12 Adicción, insomnio y gozo.
13 Hoy te inicias en las letras
14 Hoy escribes para otros
15 Una historia en un papel
16 Con la risa de un amigo
17 Es la música y la fiesta
18 El trabajo en largas noches
19 Donde hay filosofía
20 Mucho estudio y dos amores
21 Un adiós, una sequía
22 El insomnio rencoroso
23 De otro juego luminoso
24 De comandos y conquistas
25 Es el aula, es el pupitre
26 Tu palabra, tu destreza.
27 Son treinta años, y tres
28 Los de la más rara riqueza
29 Quién tuviera la entereza
30 De haber seguido este adagio
31 Un gato blanco en el techo
32 La calle Undiano, el pasillo
33 El sesentón entrecano.

En esas citas puedo encontrar algunos acontecimientos de mi vida: mi adicción a los videojuegos, descubierta a los once años. Mi febril actividad de literato amateur, a los trece. Mis eternos insomnios. Mi carrera como profesor de filosofía, mi trabajo de disc jockey, las mujeres que he querido (y me han abandonado), el amigo fiel. Otro arranque adictivo de videojuegos a los veintitrés años, con un juego llamado "Command and Conquers". Mi trabajo como docente a partir de los veinticinco. Todos estos acontecimientos parecían bastante precisos. Pero algunos versos del poema, sin embargo, podrían ir dirigidos a cualquier persona. Y los últimos, "Un gato blanco en el techo/la calle Undiano, el pasillo", definitivamente eran tan certeros que se volvían sospechosos.

- Fíjese, señor Mux, que el poema es sumamente atemporal al principio, bastante general en el medio y muy preciso y autorreferencial en los últimos versos. Como si las vagas frases de los versos anteriores finalmente convergieran hasta llegar a su encuentro conmigo, el sesentón entrecano.

Lo miré, indeciso y dubitativo. No sabía si, en verdad, esas frases hablaban exactamente sobre mi vida, o si yo me estaba dejando sugestionar por el entusiasmo de este hombre.

- Usted pensará que estoy loco por haber seguido esta pista durante tantos años. Yo también lo pensé. Pero, mientras la seguía, me iba preguntando: ¿a quién irá dirigido este extraño e intrincado poema? Durante largo tiempo estuve siguiendo la pista de muchos niños nacidos el mismo día que usted. Pero cada año, yo tenía una pista más precisa que me iba cerrando el círculo. A los quince años, ya no tenía dudas de que el poema se refería sólo a Jorge Mux.

Hizo una pausa para servirse más vino.
- Pero no estoy loco, señor Jorge Mux. Es obvio que alguien está más loco que yo. Alguien que deja este tenue camino de migas de pan para comunicarle una cosa importante. Fíjese lo que dice el poema:

(27) Son treinta años y tres
(28) Los de la más rara riqueza


¿Lo entiende? Usted tiene ahora treinta y tres años. Usted tendrá “la más rara riqueza”. No sé exactamente en qué consiste, y me inquieta un poco el adjetivo ("rara"). Pero en el poema está escrito que yo vendría a anunciarle todo esto. En los últimos versos de ese poema, está dibujado el cuadro de la exacta situación que se está dando en este momento, entre usted, su gato blanco en el cielo raso y yo.

Nos quedamos en silencio unos minutos. Yo tenía mucho para preguntar, pero no sabía exactamente qué ni cómo hacerlo.

- Cálmese. Tengo hipótesis muy precisas sobre todo esto. Pero presiento que la respuesta se nos revelará aquí y ahora.

Ya era cerca de las once de la noche; todavía no había cenado y el vino me mareaba. Cuando abrí la boca para invitar a Zingla a cenar y escuchar sus hipótesis, alguien tocó timbre.

Abrí la puerta. Había un hombre, mayor que Zingla (tendría unos setenta años) , que me dijo, con una sonrisa cómplice y sin saludarme:

- Llega la más rara riqueza.

El hombre llevaba una jaula en su mano izquierda. Durante la enunciación de la frase, levantó mucho la jaula, como mostrándome que eso era la riqueza.

Hice un gesto de fastidio y suspiré con resignación. La noche iba a ser un desfile de ancianos místicos enloquecidos, de crípticos y tortuosos poemas, y revelaciones metafísicas. Yo sólo tenía hambre, cansancio y dolor de cabeza.

- Pase - le dije, sin preguntar nombres ni motivaciones - Hay vino y creo que estamos a tiempo de pedir unas empanadas. Las milanesas que tengo no alcanzan para tres.

En ese momento, mi gato blanco Tiziano se bajó del techo y vino corriendo a través del pasillo, repitiendo un ritual cotidiano, pero que esta vez cobró un sentido especial a la luz de las últimas líneas del poema. Tiziano, al ver la jaula del hombre, se puso al acecho y en posición de cazador.

[Esta historia continúa]

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Debo confesarle, señor Jorge Mux, que acontece ya un determinado intervalo temporal desde que mi persona resulta asidua lectora de su bitácora. Como de costumbre, no decepciona.
Permítame explicarle prontamente las causas que me han llevado a enviarle este comentario - normalmente, era suficiente con sólo observar - por este medio. Es preciso que usted comprenda que la combinación de su docencia filosófica y su aspecto de Disc Jockey han originado en la continuidad metafísica de nuestro Multiverso una brecha, la cual inevitablemente transitaré en unos días más ...............
................................
interrumpiendo..........transmisión
.........necesario................
..................................
inmediatamente....................
.................de......o muerte!

Mantis dijo...

Me gusta, Mux. Me gusta. Me gusta mucho.

María dijo...

Ufffffff y hay que esperar 1 semana mas para la tercera parte??!!!!

Srta. Lauro dijo...

No, no, no y nooo, no aguanto hasta la próxima parte, por favor apúrese!!!!

Sr. Mux, me he leído gran parte de este su muy interesante blog. Perdón por hacer referencia (mal) a su relato en lo de Mantis. Debo decirle también que el exonario es muuy bueno. Soy estudiante de Letras, y me parece magnífico su aporte lingüístico!!!

Lo seguiré leyendo!!! Y repito, por favor que salga rápido la próxima edición por que esto me ha dejado en vilo!!!!

Saludos!!!

Anónimo dijo...

¡¡¡¡¿¿

¡¡¡¡
¡¡¡
¡¡¡
¡¡¡¡
¡¡¡

Anónimo dijo...

Considero absolutamente inhumano que me haga esperar hasta el jueves que viene...
Lo denunciaré ante La Haya por cometer un delito de lesa humanidad.

(Hablando en serio) Sr Mux: usted es muy bueno, no sé cuál será esa rara riqueza, pero estoy convencido de que le espera un gran futuro. Triunfará en el ámbito de las letras, puede estar usted seguro.
Creo, humildemente, que es el mejor escritor de la Cdad de Bahía Blanca, lejos. Buena Suerte!

Anónimo dijo...

Un amigo japonés tiene una formula para describir lo que le gusta: mucho muy bueno!!
Hay que remar toda la semana para ver como sigue. Sos un tipo jodido. No haremos nada de nada hasta ver como sigue esto. Un abrazo.