miércoles, 18 de octubre de 2006
Curiosidades del futuro lejano, primera entrega
Uno de los avatares de Esteban Gorrer me contó la siguiente noticia del futuro:
Durante los años 110.000 y 150.000 la Tierra estará cubierta por dunas que se asemejan a tubos de aspiradora. Cada tanto hay lagunas viscosas; hechas de un material que parece moverse y cambiar de color. Tanto las dunas como las lagunas viscosas son partes de un único ser: Geópolis.
Si yo le digo a usted que este ser es una computadora, no estaría entendiendo. Si le digo que es un ser vivo, tampoco. Incluso, cuando le digo “único ser” usted estará pensando en un individuo como yo, como un perro o como un árbol. Hoy, año 2006, usted conoce un solo tipo de vida: la que surge a partir de una evolución natural. También conoce un solo tipo de inteligencia artificial: lo que usted llama “computadora”. Imagine que dentro de cien mil años ninguno de esos conceptos tendrá sentido.
Lo que existirá en la Tierra, para un viajero como yo, es una sucesión de mesetas y lagunas viscosas. Las mesetas y las lagunas piensan y sienten, y saben que yo estoy allí pensando y sintiendo. Pero quizás “pensar” y “sentir” sean conceptos demasiado pequeños. Este ser formado por mesetas y lagunas es capaz de operaciones que están más allá del nivel de cualquier entendimiento humano.
Geópolis es fruto de una sucesión de mutaciones. Si le sirve pensarlo de esa manera, piénselo así:
Nosotros, los seres humanos, somos un escalón en la evolución. Un escalón que nos parece importante, definitivo, completo. No es cierto; estamos condenados a mutar, a cambiar de carne, a desaparecer una y mil veces y reaparecer bajo cientos de formas diferentes. En el año diez mil los hombres (algunos hombres) seremos una especie de cascarudos que se comunican por medio de chasquidos. En el año veinte mil, seremos unos extraños árboles de carne a los que, si se los tala, les sale un líquido parecido al del aceite de automóviles. Dentro de esos árboles habrá neuronas y circuitos de silicio. En el año treinta mil, usted se encontrará con aguas danzantes; aguas que flotan a ras del suelo y se elevan varios metros. Esa agua es un plasma metálico que contiene infinitas reacciones químicas y biológicas. No sólo evolucionaremos por medios biológicos; también estará la inteligencia artificial realizando su propio camino evolutivo, fundiéndose en algunos casos con la evolución del hombre y de otras especies. Pero la inteligencia artificial también generará sus propios mecanismos biológicos. Piense usted que dentro de cien mil años, toda especie será natural: las “máquinas” evolucionarán sin que intervenga la inteligencia humana. Y los hombres seguirán transformándose en una diversidad enorme y acelerada. Esos hombres estarán fundidos con otras especies de hombres y con los millones de especies de seres surgidos de la primigenia Inteligencia Artificial.
Geópolis es el resultado, no definitivo ni perfecto, de estas amalgamas.
Geópolis es una combinación de todas las combinaciones posibles de ADN biológico. También es una combinación impensable de infinitos circuitos reverberantes: es todos los seres posibles amalgamados en uno, extendido por toda la superficie de la Tierra. En Geópolis está usted y estoy yo, y estamos todos los que viven en el año 2006. Imagine que, si allí están todas las combinaciones de vida posibles, entonces está usted viviendo exactamente lo que vive en este momento: Geópolis no sólo es una copia de usted; es usted viviendo la vida de usted, más la conciencia de que es parte de Geópolis.
Lo curioso es que Geópolis reúne no sólo la vida posible en la Tierra: es la reunión de todas las combinaciones cuánticas posibles en las que puede desarrollarse la vida en el universo. De modo que cualquier ser distante en el universo ya está presente en Geópolis.
La intención de Geópolis es comunicarse con otras Geópolis distantes, de planetas lejanos. Así como una Geópolis reúne toda vida biológica, una comunión de Geópolis reúne todas las posibilidades de todas las cosas dentro y fuera del universo. La combinación de todas las Geópolis posibles dan vida a un ser atrabiótico.
¿Esto le parece confuso? Espere a que le cuente lo que viene.
Un ser atrabiótico es un ser de “vida negra”.
Un ser que crece de manera desmedida, sin tino ni objetivos. Un ser que está destinado a llenar el universo por multiplicación de su materia oscura y olorosa, y por la multiplicación de sus múltiples multiplicaciones. Un atrabiótico no piensa ni evoluciona: su única evolución es la expansión. Es el estancamiento y el objetivo de toda vida.
Un ser atrabiótico es un tumor infinito, un cáncer esparcido por todo el universo que crece y crece hasta llenarlo.
No habrá big crunch; el universo no desaparecerá. Todo se convertirá en cáncer. Mire, para que vea que no le miento: este bulto que tengo aquí bajo el brazo es parte del cáncer final . Aunque yo me muera de este cáncer, sé que mi muerte no es la muerte; no es definitiva: es la fusión con la más grande de todas las Geópolis, la que se comunica a través de los siglos y de las especies esparciéndoles tumores.
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11 comentarios:
Ajá, intesante... Se nota una influencia de Kurzweil, o quiza de Stapledon. La temática es interesante; no me convencen sin embargo algunas cuestiones biológicas. Creo que ése es el punto flojo del relato. Igualmente no son imperfecciones que dañen a la esencia del cuento, con excepción de una en especial: la comparación de Geópolis con el cáncer.
Seguramente responde a un intento de entrelazar los cuentos, idea que me parece genial. Por mi parte preferiría una relación de pasada, más poética que real. El cáncer consiste en una multiplicación repetitiva y vertiginosa; mientras que Geópolis no se expande desarrollando nuevos contenidos: reproduce el mundo biológico dentro de sí mismo. La química y la física ofrecen el marco de posibilidades en la biología tal como la conocemos hoy. A partir de Geópolis, la evolución (que según Dawkins no es un proceso meramente biológico) utilizaría como marco de posibilidad las leyes biológicas, siendo el principio determinante un cierto télos. Me parece que compararlo de manera tan descuidada con el cáncer daña al relato.
J: Sólo reproduzco lo que me contó Esteban Gorrer, quien (induzco) no ha leído a Stapledon, a Kurzweil y quizás sí ha viajado a través del tiempo.
Sospecho que reproducir punto por punto el extenso discurso de Gorrer (en el cual detallaba cada uno de sus encuentros en futuros lejanos) habría insumido demasiado espacio y fatigaría a cualquier posible lector. De todos modos, en el resto del relato tampoco encontraría usted un buen desarrollo de las hipótesis evolutivas que fueran de su agrado: Gorrer no es un científico, y yo no tengo por qué mejorar su relato para que lo parezca.
El texto no tiene por qué convencer desde el punto de vista biológico. Cuando hice este blog no pensé en hablar de ciencias ni de filosofía, dos aristas que suelen ser común blanco de sus críticas. En todo caso, hable con el sr. Gorrer sobre estos temas.
Por otra parte, quizás "cáncer" sea la manera que tiene Gorrer de llamar a algo que no entiende y que le parece monstruoso. Aunque a usted le parezca que la palabra "cáncer" está allí sólo para hacer links (?), le aseguro que eso no es cierto. Lo corroborará en próximos posts.
J, si queres aplaudimos tus amplios conocimientos, pero dejá de ser tan hinchapelotas!.
Señor Mux, sus relatos son espectaculares.
Bandana: perra! otra vez estás con el período!!!????
Jorge: ja, te ponés en un personaje por aca. Está bueno eso. Che, pasame el mail de Gorrer así le pregunto.
Ano...: te va bien el nombre. No te gastés en aplaudirme, no sea que te aplauda la cara gil. Ah, sabés que sacale el tomate a la hamburguesa que no me voy comer porque sos un pedazo de somelitio.
J: yo no voy a discutir con usted, en este blog, las cuestiones que hacen a la construcción del blog. O bien usted entra en el juego, o bien se queda afuera pero hay cosas que no voy a discutir.
¿Quién es Bandana?
¿Bandana no es la mujer que escribe en el blog "El submundo del espectáculo"? Me extraña, amigo Mux, que Vd. no recuerde de quién se trata.
Recuerdo una conversación muy interesante que mantuve con Bandana el día, si mal no recuerdo, 20 de agosto de 2005. Yo estaba por cursar un seminario... em... de autoayuda, y esta mujer... vino y me habló. Me dijo que llevaba un sombrero muy lindo. Yo, feliz, me acomodé los anteojos (es un gesto que hago muy a menudo para resultar interesante a ojos de los demás).
¿Seres atrabióticos, eh? Citando a una expresión... em... popular francesa, c'est la vìe!
¿Por qué me nombraron en este blog?
Jorge, todo bien, pero dame el mail de Gorrer así le pregunto lo que le tenía que preguntar. Tiene Messenger?
Bandana, basta! Ya posteaste en este blog antes. No jodás eh?
Como siempre colocando alta la canasta.
En estos días estuve conversando teorías similares con un amigo mexicano al cual le voy a pasar este relato suyo para que las hipótesis se amplíen y haya que seguir destapando botellas hasta que todos estemos de acuerdo, o no quede alguno sobrio.
Un abrazo, felicitaciones y esperamos esos otros post prometidos en por usted en los comentarios que despejarán dudas a los que las tengan.
hola jorge.
De vez en cuando entro a este blog, me gustan tus cuentos.
Tengo una estampita del niño limón que me donó una de sus devotas.
A veces te veo en Normal o en la cantina, pero como no sé si me ubicás no te saludo.
Y sí, leí "Algo verde" es de Frederic Brown
El dibujo lo hice antes. Una semana después de subirlo al blog alguien (que nunca vió mi blog) me lo recomendó y lo busqué en internet para leerlo.
Te saludo por acá porque si te veo no te saludo.
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